27 PARAGUAS o El fascinante Mundo de Estelle.
(RESEÑA APARECIDA EN HANKOVER)27 paraguas
Estelle Talavera Baudet
Los libros de El problema de Yorik, 2008.
.
27 paraguas contra la lluvia y el tedio, la soledad y el cierzo, la angustia y la lógica, la rutina y el frío...
Un lugar fuera del mundo y un refugio cálido para las tormentas es, entre otras muchas cosas, lo que Estelle Talavera Baudet nos ofrece en este primer deslumbrante poemario, donde asistimos boquiabiertos desde la primera página a una especie de sinestesia sensorial que hipnotiza y atrapa.
La propia cita de Baudelaire que abre el libro (lo absurdo instalándose en la inteligencia y rigiéndola como una lógica espantosa, la histeria usurpando el sitio de la voluntad, la contradicción asentada entre los nervios y el espíritu, y el hombre desacorde hasta el punto de expresar el dolor con la risa) nos pone sobre aviso de lo que se nos viene inmediatamente encima: la alteración poética de los sentidos para construir una realidad aparte (que diría Castaneda) y, por ende, un mundo distinto.
Un lugar fuera del mundo y un refugio cálido para las tormentas es, entre otras muchas cosas, lo que Estelle Talavera Baudet nos ofrece en este primer deslumbrante poemario, donde asistimos boquiabiertos desde la primera página a una especie de sinestesia sensorial que hipnotiza y atrapa.
La propia cita de Baudelaire que abre el libro (lo absurdo instalándose en la inteligencia y rigiéndola como una lógica espantosa, la histeria usurpando el sitio de la voluntad, la contradicción asentada entre los nervios y el espíritu, y el hombre desacorde hasta el punto de expresar el dolor con la risa) nos pone sobre aviso de lo que se nos viene inmediatamente encima: la alteración poética de los sentidos para construir una realidad aparte (que diría Castaneda) y, por ende, un mundo distinto.
El Mundo de Estelle.
Por él desfilan elefantes y magos, payasos sin nariz, gatos y leones enfermos, ilusionistas, agrimensores, trombonistas, lecheros, medusas, amores apasionados y amores perros, marionetas, freaks y equillibristas varios, y todo tipo de objetos animados e inanimados sobrevolando, como en un dulce viaje lisérgico (muy al estilo Mago de Oz), las páginas y los poemas.
Un universo fascinante y surrealista, el de estos 27 paraguas, desde el que el lector se sumerge atónito en un torbellino de imágenes y sensaciones, y del que de alguna manera regresa siendo alguien distinto.
Y una voz, la de Estelle, capaz de reinventar con su caos la palabra.
¿Qué más podemos pedirle a un poeta?
2 comentarios:
Que texto tan bonito!!!
Nada más que decir, todo está dicho
totalmente de acuerdo!me ha gustado mucho y me alegro que recibas tan buenas opiniones que sin duda cada vez serán más porque tus poemas lo merecen, realmente son muy muy especiales...
Publicar un comentario