miércoles, 16 de noviembre de 2011

Reseña en Culturamas de Miriam Baquero Leyva

Ciudad de elefantes

CIUDAD DE ELEFANTES

Estelle Talavera Baudet

Prólogo: Luis Alberto de Cuenca

Ilustraciones: Cristina de Cos-Estrada

Amargord Ediciones, 2011

ISBN: 978-84-92560-72-1
Nº páginas: 68

Por: Miriam Baquero Leyva

Intentar explicar que se siente al leer los poemas de Estelle Talavera Baudet me recuerda a la primera vez que me enamoré y a cómo de frustrante resultaba no ser capaz de explicar a los demás todo lo que sentía, hay veces que las palabras no son suficientes… Miento, ella si sabe dar con las palabras idóneas para transmitir lo más infinito y abstracto en un sólo verso. Pero ese no es mi caso asique lo mejor que podría deciros es que los leáis vosotros mismos, que los saboreéis con todos los sentidos de vuestra alma y después estaréis de acuerdo conmigo en que las próximas líneas son sólo un boceto de lo que habéis sentido.

“Ciudad de Elefantes” me ha pedido una lectura detenida y meditada. Como si, de primeras, cada poema fuera una imagen que te pide a gritos volver a mirarla más pausadamente, para caer en cada detalle y asombrarte ante la profundidad que esconde cada verso.

Pero al final y al cabo es lo que pretende trasmitir con su primer poema… “Quiero bajar, renacuajo, al fondo de las aguas.” Y quien esté dispuesto a coger aire y bajar hasta el fondo con ella encontrará maravillas que nadando en la superficie ni imaginaba. Y hablando de “Verticalidad infinita”, yo llegué a sentirme sobre esos mil quinientos árboles, sentí hasta vértigo.

Aunque “Sálvese quien sepa cómo” es el poema que me tiene absolutamente conquistada.”Sálvese quien sepa cómo/y que levante la copa quien pueda”, es como si hubiera descodificado el código morse de los latidos de mi corazón, como si me hubiera revelado un ansia de mi alma que yo misma desconocía, querer ser de esas personas que saben cómo salvarse y pueden levantar la copa y brindar por la vida después de todo. Y paso a la siguiente página y me encuentro con “Caprichosos” y con “Y sin embargo” y siento auténtica tristeza por los que aún ni sepan de su existencia.

“Ciudad enlatada” me resultó más dura, pero es otra ciudad tan real como nosotros mismos y entre sus versos hay verdades como puños. Que sea capaz de escribir “Otra noche de feria entre dos callejones sin salida/Allá lejos, bajo todas las lunas posibles”, “y el agua fallece sin ruido; a nadie le sirven sus misterios”, o “Fin de las expectativas”, y terminar con “Elefantes en la ciudad”… Guste más o menos, nos ha escrito desde las profundidades, es muy valiente y generoso ofrecernos algo así.

Luis Alberto de Cuenca dice en el prólogo que es una superdotada hablando desde y sobre el amor. Estoy totalmente de acuerdo. Muestra de ello son “Insomnio de camello”, “A pesar de las velocidades”, “Otoño de bailes”, “Instrumentos sin cuerda”, “Bajamos las escaleras”… Acepta y nos transmite el amor con todos sus aspectos y con total naturalidad. Desde el apoyo y el abrigo cálido en los gestos más cotidianos: “Sigue hablando, amor, que llego tarde a todos lados. Yo te escucho.” Hasta la vulnerabilidad que sentimos cuando nos entregamos a este juego: “Parece ser que hay apuestas para jugar/con mi corazón/al pin-pon en una mesa gigante./Y a juzgar por los rebotes me doy por muerta.”. Y la que para mí es la mejor descripción que hasta el momento he encontrado de enamorarse: “Hoy no sé hacer otra cosa/ que pillarme los dedos en tus puertas/ o cerrar compuertas con tres vueltas/ sobre tu corazón.”

Dejadme que recuerde un verso de su anterior poemario “27 paraguas” que decía “Permíteme la despedida sin golpes de pecho,/sin atardeceres abruptos de almas dolidas.” Sin artificios ni melodramas, el amor se nos muestra al desnudo en sus poemas.

Yo, no sé si finalmente seré de quienes saben cómo salvarse, pero sí sé que hoy puedo levantar la copa por “Ciudad de elefantes” y por Estelle Talavera Baudet. Y que no seré la única.

“Somos elementales,/importantes…/independientes…/pero un viento da con nosotros/ al fondo de nuestros abismos.”

Estelle Talavera Baudet. (Madrid, 1979) Editora y diseñadora gráfica. Fue ganadora del 1.er Premio Internacional de Poesía La Mano en Valparaíso, Chile y del 2.º Premio de Poesía Arte Joven 2003. Autora de los poemarios “27 paraguas” (El problema de Yorick, 2008) y “Ciudad de elefantes” (Amargord Ediciones, 2011). Ha publicado poemas en varias antologías como “El tejedor en Madrid”, “Vinalia Trippers”, “Beatitud. Visiones de la Beat Generation” (Ediciones Baladí 2011), “Viscerales” (Ediciones del Viento, 2011), “CD” (El pez globo, 2011), “In (ab)sentia”, Lánzanos, “Maratón de escritores”, Netwritters Ediciones, así como en Cuadernos de lectura de Santillana, entre otros. También ha publicado en las revistas literarias “Es hora de embriagarse (con poesía)”, “El nido del escorpión” (ECH), “Revista de Letras”, “Al otro lado del espejo”, “Poe+”, “El Problema de Yorick”, “Revista Alex Lootz” y “Tinta”, y publi-reportajes en “Spanorama”. Colabora en área de cultura de ABC reseñando libros en “Libros de vino y rosas”. Columnista en MásCultura y encargada de la sección de poesía en Culturamas.es. También colabora con la revista cultural “Agitadoras”.

BAJAMOS LAS ESCALERAS

Caídas nuestras fuerzas

de a diario,

junto con la ropa sucia

en estos rincones repletos

de cosas

que yo

tiraría sin mirar,

nos hemos quedado

sin palabras

en el anzuelo

abriendo la boca,

peces buscando aire.

Y nos acometemos

a oscuras

como dos ciegos asustados

disparando al cielo

la ausencia de pájaros.

2 comentarios:

gabby dijo...

yo incluso diria que esa tal miriam se ha quedado un poco corta... :P

Roast Beef dijo...

me gusta mucho la cultura, no sabría vivir sin la cultura. con sus libros, sus actos, sus escritores y gente con quehaceres culturales, gracias cultura